Archivo del Blog

domingo, 30 de agosto de 2020

Vaya humanidad

 La gente, a veces, debería ser un poco más humana. Es lastimero presenciar la desigualdad que muchos pretenden maquillar con palabras como costumbre o cultura, pero es aún peor experimentarla en carne propia cuando somos poseedores de criterio y estamos dotados de la capacidad de defendernos diplomáticamente. 

Ser persona es tener la capacidad de pensar coherentemente, de refutar mentiras bien dichas, de diferenciar lo malo de lo bueno y lo que no es ni malo ni bueno. Nosotros tenemos el don de la conciencia, que nos permite ser objetivos, entender la lógica de las cosas, identificar nuestras emociones y provocarlas; Pero pareciera que subestimamos tanto nuestro ser, que nos resulta más fácil condicionarlo, establecer diferencias entre nuestros semejantes, doblegar al que supuestamente puede menos. 

¿De qué nos sirve tanta ignorancia, tanta injusticia? ¿Cuál es nuestro empeño en sabernos mejores que el otro? Es lo que nos enseñan, a superarnos, a que el progreso debe ser una obligación y que los caminos para alcanzarlo ya estás trazados. Entonces somos empujados a tratar de imitar las conductas que aquellos, los exitosos, los grandes, los que son alguien en la vida, que alcanzaron sus metas haciendo esto, esto y esto. Patrañas. 

Pensemos.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Discriminación: Un mal heredado

 Hablemos sobre un tema del que todos hablan últimamente, pero no todos entienden: La discriminación. 

Los conceptos que existen sobre este tema podrían ser subjetivos, pero todas aquellas teorías parten de una realidad, de una base inamovible, algo que impide cualquier alteración en lo que realmente implica. La discriminación es abstenerse de admitir cualquier variación, imperfección o diversificación de elementos a los que asumimos como perfectos e incorruptibles; Esto visto desde la acción. 

Me resulta pertinente expresar mi opinión sobre esto, en ejercicio de la libertad de expresión, el derecho del que todos los seres humanos sabemos, pero pocos gozamos. Discriminar no resulta menos absurdo que creer que cuando llueve es porque los santos están llorando, discriminar es repetir una conducta basada en desconocimiento, un desconocimiento que provoca actuar sin el más mínimo criterio o simplemente sin la oportunidad de pensar críticamente sobre lo que hacemos. Por eso es para mí un mal heredado, algo que mucha gente hace porque sus antepasados lo hicieron, porque aquello era lo correcto y hacer lo que entonces era correcto resulta apropiado. ¿Acaso es sensato? no, y ni siquiera resulta Justo. 

El suicidio es la consecuencia más contundente y visible, provocada por  pensamientos obsoletos y carentes de justificación, y supongo que es importante resaltar que un suicidio provocado no deja de ser un crimen, uno de los peores precisamente.

El mundo de hoy se viste de resistencia, cada vez el pensamiento humano evoluciona al darse cuenta de que algunos procederes  son incoherentes, y descubre que hay mejores cosas, más y mejores cosas. Que el planeta no está a blanco y negro, que la orientación sexual no es una decisión, que las diferentes razas enriquecen nuestra esencia, que vivimos todos bajo el mismo techo.