Es el primer texto que leo del autor y podría decirse que me gustó lo suficiente como para escribir una reseña favorable.
En primer lugar, la envidiable facilidad de contar mucho con tan pocas palabras es indiscutible, por lo que doy un plus al autor por ello. El perro negro provoca aquella empatía típica de las novelas, que invitan a involucrarse con los personajes y a querer conocerlos a fondo, y todo en tan pocas palabras.
Este es un estremecedor relato que nos lleva a escuchar de primera mano las experiencias de la guerra. Los acontecimientos que aquí se narran podrían ser ficticios, pero la verdad está latente tras cada circunstancia, por lo que no deja de provocar el más profundo dolor. El mismo que provocan las injusticias. Soldados que mataban personas inocentes solo para practicar tiro al blanco, canibalismo, experimentos, alianzas con lo sobrenatural, opresión y muerte.
Le doy un 3,9/5. Y no por malo, porque es una historia que recomendaría leer y que releería muchas veces, pero personalmente no me gustan los finales abiertos cuando la propuesta es tan inquietante y estimulante, si se podría decir así. Pero con todo el gusto tomaría otra obra del autor, porque es excelente en su labor. Sabe como enganchar y su forma de crear atmosfera es muy adecuada, tanto que hasta llegué a sentir frío durante la lectura de esta interesante y escalofriante historia.