Tal vez resulte un poco tediosa mi intención de que tomes un libro y te permitas descubrir lo que te cuenta su susurro, pero cuando algo nos apasiona profundamente queremos que más personas también descubran aquel placer, o por lo menos entiendan cual es nuestro vínculo. Lo paradójico de todo es que, algunas veces, mostrar aquel gusto desinteresado se hace inexplicable.
Ya he hablado muchas veces de los numerosos beneficios que brinda el ejercicio de la lectura, de hecho en muchos portales, páginas, blogs y canales de YouTube encontramos razones de sobra para enamorarse de aquella actividad; pero hoy quiero hacerte la invitación asumiendo la lectura desde un punto de vista más estratégico, si entender aquellos beneficios no resulta convincente.
Imagínate en la siguiente situación:
Estás en un cuarto pequeño, sin ventilación alguna. Solo hay un blanco resplandor que por alguna razón te permite la suerte de no estar en penumbras. Estás solo. De repente las cuatro paredes empiezan a acercarse lentamente y no tienes más opción que esperar a que se acerquen lo suficiente como para aplastarte, por lo que te agobias y lloras desconsoladamente... sin embargo, justo a tu lado aparece un libro, e involuntariamente corres a leerlo. Te sumerges en él desde la primera línea, es a lo que te invita, los libros no están hechos para nada más que ser leídos.
Las paredes nunca se detuvieron, pero tú ni siquiera te diste cuenta.
Por muy agresiva que sea mi alegoría, no está muy lejos de cómo se nos muestra la vida misma, como un cuarto pequeño, íntimo, en el que estamos solo nosotros iluminados por la misericordia de Dios...
Algunas situaciones nos ponen bajo esas mismas circunstancias, un problema familiar, una enfermedad, una responsabilidad no deseada; Entonces es cuando la lectura se transforma en un método de escape. No significa que te distraiga de tus obligaciones, sino que las cumplas asumiéndolas con un estado de ánimo menos frenético.
Ya has escuchado a más de un lector decir que la lectura abre puertas a otros mundos, que se convierte en un viaje a tu propia conciencia y te permite visualizar tu forma personal de imaginar. Yo estoy de acuerdo con ellos, pero a partir de mi experiencia asimilada desde dos puntos de vista objetivos (autor-lector), puedo decir con la autoridad suficiente que el mismo arte me concede, que leer es el mejor método para gritar "ole" a la mayoría de los problemas.
Atrévete, lee un libro y descubre aquella experiencia de la que hoy gozamos tantos. Lee un libro y escapa, aunque sea un ratito, de aquellas dificultades. Lee un libro, el que quieras, cuando quieras, donde quieras, como quieras... y después me cuentas.