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miércoles, 6 de abril de 2022

La negación como principio inmutable

El silencio es ensordecedor, permanente, punzante. Se materializa sutilmente, camuflado entre risas estrepitosas y un engañoso semblante. 

Las voces de alrededor se convierten en puntas de flechas, que amenazantes apuntan con dirección al alma, a las virtudes, a los misterios. Voces que se llaman criterio propio, que encuentran cuestionable todo lo externo pero inmutable lo interno, que conciben como perfectas sus percepciones y se aferran a la costumbre para ocultar el verdadero tono que las viste. Así, por un miedo a lo que aun no es visto se perpetúa la infelicidad y, el ser en negación, es sometido por mano propia a las miserables apariencias. 

un rostro feliz que oculta tristeza y risas por doquier que maquillan amargas lagrimas. Manos estrechadas en señal de lealtad, que realmente son como pactos con la deshonestidad. 

cuenta deshonra hay en los ojos de quienes prefieren juzgar por terror a ser juzgados, porque lavan sus manos en el mismo fango pestilente al que escupen de vez en cuando y que otras veces prefieren evitar.  Es como recoger piedras para lanzarlas contra el espejo. Es la negación como principio, y es aun mas lastimero admitir que los principios son pocas veces mutables. 


domingo, 9 de enero de 2022

El miedo


Divagando entre ideas realistas y surrealistas, en un debate interno entre la razón y la demencia, me encontré con una emoción que podría fácilmente describir a un ser humano haciendo acopio de todas sus características: El miedo. 
No quiero describir qué es el miedo, pues no es extraño para nosotros el significado general de esta corta pero poderosa "palabra". Quiero ahondar sobre los efectos que este provoca en nosotros, en cómo influye en cada una de nuestras decisiones, algunas veces haciendo su intervención con máscaras o simplemente aconsejándonos tras bambalinas. 

El miedo no nos hace cobardes, nos hace reales, naturales y emocionales. ¿Cuántas veces por miedo nos hemos librado de peligros acechantes e incluso de la misma muerte? o  ¿En cuantas ocasiones por miedo hemos tomado decisiones de las que después nos sentimos orgullosos?, pero el miedo es como el antagonista de todas las historias, estigmatizado como la emoción de los incompetentes, de los no arriesgados, de los mediocres. Cuando pienso en esto descubro con facilidad que nuestro peor enemigo no está por mucho alejado de nosotros mismos, tal vez a la distancia de un espejo, porque quizá no está del todo mal sentir miedo, y tampoco en dejar que domine alguna que otra de nuestras áreas.

El miedo es instintivo, y no nos hace menos arriesgados que otros. Nos permite saber precisamente qué riesgos asumir, que en el fondo nos asegure la supervivencia, y también fundamenta nuestro sentido común. El nos da las herramientas suficientes para enfrentar todo aquello que nos debilita, eso es desarrollo personal. Nos conduce a ser un poco mejores cada vez y a prepararnos para la vida. 
El miedo no puede estar ligado a nuestras supuestas incapacidades. No está mal sentir miedo, negarlo es negarse uno mismo, pero asumirlo nos hará verdaderos valientes.