Huellas y mas huellas, son los pasos de quienes niegan su rostro al calor...
No tienen voz, porque nacieron sin ella. Nacieron cegados y atados, cubiertos por el manto de las costumbres que los asfixia silenciosamente.
Y quisieran volar, como un mariposa rebelde que vuela sin rumbo, empujada por el viento a donde le place, pero por lo menos volar.
¿Acaso tienen alas? no, también nacieron sin alas, sin nombre, sin rostro. Solo son pies descalzos que andan sobre fuego sin quemarse.
Ellos no sienten dolor...
No son habitantes del mundo normal, vienen tal vez del planeta Anormal, y no son terrícolas entonces, sino anormales. Pero evidente es el celo de la tierra al ver que en aquel planeta no existen etiquetas.
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